Hay un milagro en la boca de Dios que trae a la existencia cualquier cosa que Él diga. (Salmos 33:6-9) La verdadera clave para que tus oraciones sean respondidas y para experimentar la manifestación de tu confesión de fe es muy simple: Alinéate con la Palabra de Dios y Su propósito antes de que hagas una declaración. Luego, tu corazón, tu mente y tu boca estarán al unísono con el Espíritu y la Palabra de Dios.