“El Señor favorece a los que le temen, a los que esperan en su misericordia.”
Salmo 147:11 LBLA
Es increíble como en ocasiones podemos llegar al extremo de perder el enfoque sobre para quien vivimos. Yo te pregunto y contéstame sinceramente: ¿Para quién vives?, estoy seguro que rápidamente contestaste que para Dios. Pero realmente, ¿Es lo que demuestras día a día?
Conozco a muchas personas que hace tiempo dejaron de vivir para Dios y comenzaron a vivir para la gente, pues le dan más importancia a lo que la gente dice que a lo que Dios piensa de ellos.
NUNCA VAMOS A QUEDAR BIEN CON TODA LA GENTE. Por más que te esfuerces en agradarles, siempre habrá alguien que hablara mal de ti, que no te creerá, que dudará de ti y de lo que haces o que pondrá en tela de juicio tu intención con la que haces las cosas, pero eso no tiene que ser motivo para desanimarte, al contrario, eso nos enseña que con el único que de verdad necesitamos quedar bien es con Dios, porque Él nunca te defraudará.
Quizás los últimos días te has sentido triste porque te juzgaron mal, no valorando las buenas acciones que hiciste de todo corazón, en cambio hablaron mal de ti, causándote mucho dolor. Pero debes aprender esto como una lección, que no debes de vivir tratando de agradar al ojo humano, porque nunca lo lograrás, tal vez lo logres un tiempo, pero tarde o temprano recibirás respuestas que no serán de tu agrado.
Tienes que vivir para Dios, que tu intención diaria sea la de agradarlo a Él en TODO, preocúpate por agradarlo, por vivir como Él se merece que vivamos y entonces al vivir para agradar a Dios traerá como consecuencia el hecho de ser agradable a la gente, pero a la gente que también ame y sirve a Dios.
Termino haciendo la misma pregunta del título de esta reflexión: ¿Para quién vives?, si estas viviendo para el ojo humano, entonces no estas viviendo para Dios; ahora si estas viviendo para Dios como consecuencia agradaras a los nacidos de nuevo.
¡Vive para Dios!
“Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros.”
1 Crónicas 29:17a
Paz y Gozo